Apáticos, apolíticos, poco involucrados, indiferentes...palabras que pretendían definirnos a los jóvenes mexicanos, hoy suenan lejanas.
Las últimas encuestas de intención del voto, de hace un mes, mostraban a los electores de esta edad poco interesados de participar en la jornada del próximo 1 de julio.
En los últimos 10 días, a partir del manejo mediático de la visita del candidato presidencial del PRI a la Universidad Iberoamericana y la reacción espontánea de los jóvenes ante las acusaciones de ser "acarreados y porros" observamos el desarrollo de un movimiento social distinto, espontáneo, auténtico, que genera todo tipo de comentarios.
A partir de la difusión de un vídeo de 131 estudiantes de la Ibero, las acciones del movimiento #Yosoy132 crecen en intensidad y número y ayer fuimos testigos de una concentración pública que demuestra el interés de jóvenes de universidades públicas y privadas, de todo tipo de ideologías, de participar en la construcción de un mejor país.
Son tiempos de cambio, donde las redes sociales representan las fuentes principales de información de una generación que vive en las redes sociales.
La exigencia a las televisoras y a los medios de ofrecer un punto de vista de la realidad menos parcial y sin ediciones de vídeo a favor de cierto candidato presidencial o partido político resulta lógica cuando los jóvenes tenemos a la mano todo tipo de puntos de vista para contrastar y formarnos nuestra propia opinión en Internet.
El cambio es una palabra que nos va mejor a los jóvenes, con toda la intención de involucrarnos en la solución de los problemas de México. Es hora de actuar y dejarnos de quejar.
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