Primeros pasos
Muy bien, decidimos comenzar el cambio desde casa, con acciones concretas. Es el caso del ahorro de energía, en beneficio del medio ambiente y nuestra economía.
Primero, verifica que no existan fugas en la instalación eléctrica de tu casa: apaga todos los focos, desconecta todos tus aparatos ( TV, refrigerador, horno de microondas) y revisa que tu medidor no avance. Si es asi, llama a un técnico para que revise tu instalación.
Utiliza lámparas ahorradoras en sustitución de focos incandescentes. Iluminan igual, duran diez veces más y consumen cuatro veces menos energía eléctrica.
Si pintas el interior de tu casa de blanco o colores claros, se verá más iluminada y necesitarás menos focos encendidos. Apaga la luz si no estás en una habitación y, siempre que puedas, aprovecha la luz natural.
Procura tener un refrigerador de bajo consumo
de energía. Si vas a comprar uno nuevo, investiga cuánta energía utiliza. Revisa que los empaques estén en buenas condiciones y colócalo en un lugar ventilado o fresco, lejos de la estufa y de los rayos del sol. Desconecta y limpia tu refri por lo menos cada dos meses con un paño húmedo; los tubos del condensador (ubicados en la parte de atrás) cada seis meses. No metas alimentos calientes al refrigerador, pues gastará más electricidad.
Utiliza la máxima capacidad de tu lavadora cada vez que la utilices, para reducir el número de cargas al mes. Solo utiliza el detergente necesario, demasiada espuma fuerza más el motor de tu lavadora.
Utiliza lámparas ahorradoras en sustitución de focos incandescentes. Iluminan igual, duran diez veces más y consumen cuatro veces menos energía eléctrica.
Si pintas el interior de tu casa de blanco o colores claros, se verá más iluminada y necesitarás menos focos encendidos. Apaga la luz si no estás en una habitación y, siempre que puedas, aprovecha la luz natural.
Procura tener un refrigerador de bajo consumo
de energía. Si vas a comprar uno nuevo, investiga cuánta energía utiliza. Revisa que los empaques estén en buenas condiciones y colócalo en un lugar ventilado o fresco, lejos de la estufa y de los rayos del sol. Desconecta y limpia tu refri por lo menos cada dos meses con un paño húmedo; los tubos del condensador (ubicados en la parte de atrás) cada seis meses. No metas alimentos calientes al refrigerador, pues gastará más electricidad.
Utiliza la máxima capacidad de tu lavadora cada vez que la utilices, para reducir el número de cargas al mes. Solo utiliza el detergente necesario, demasiada espuma fuerza más el motor de tu lavadora.
Si tienes equipo de aire acondicionado o calefacción, verifica que sea adecuado a tus necesidades. No dejes abiertas puertas o ventanas mientras utilizas uno de estos aparatos: el aislamiento ayuda a mantener la temperatura. Limpia los ductos y cambia los filtros de forma regular. La temperatura recomendadas para el invierno es unos 18° C y para el verano unos 25° C
Si utilizas tu equipo de sonido o vídeo solo en ocasiones, desconéctalo, pues aun apagado también consume energía. Mantén limpio tu horno eléctrico o de microondas, así como la tostadora de pan: si están libres de residuos funcionarán de mejor manera. También, revisa que las aspas de tu licuadora o trituradora tengan buen filo para que trabajen sin tanto esfuerzo.
Organiza tu planchado de ropa. Plancha la mayor cantidad de prendas posibles en una sola vez, ya que este aparato consume menos energía cuando está caliente que cuando lo enciendes. Nunca la dejes conectada innecesariamente.
Recuerda revisar que tus aparatos, así como sus cables, estén en buenas condiciones. Además de ahorrar, podrás evitar un cortocircuito. Tampoco conectes demasiados aparatos a una sola toma es mejor a través de un contacto múltiple, así evitarás un sobrecalentamiento.
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